Dada la actualidad del tema, por el contexto en que se encuentra nuestro país, consultamos el concepto de propaganda negra, en la Wikipedia. Esto es lo que encontramos:

«La propaganda negra es información y material o fuente falsa que pretende ser originaria de una parte de un conflicto, pero que, en realidad, proviene de la parte contraria. Suele utilizarse para difamar, avergonzar o tergiversar la naturaleza real del enemigo o el conflicto.

La propaganda negra debe ser analizada contextualmente junto a la propaganda gris, cuyas fuentes no suelen ser identificadas, y la propaganda blanca, en la que se declara la fuente originaria real y en la que se suele dar información más precisa, aunque sesgada, distorsionada y omisiva.

La propaganda negra tiende a ser encubierta por su propia naturaleza. Sus objetivos, identidad, significado y las fuentes de origen suelen estar ocultos. La principal característica de la propaganda negra es que la audiencia no es consciente de que alguien está tratando de influir sobre ellos, y no sienten que están siendo empujados o seducidos a actuar en una dirección o forma determinada.

La propaganda negra pretende provenir de una fuente distinta a la verdadera. Este tipo de propaganda está asociada con la guerra psicológica y las operaciones psicológicas encubiertas y muchas veces utiliza las operaciones de bandera falsa como fuente primaria indirecta, a través de su diseminación y presentación en los medios de comunicación.

A veces la fuente se oculta o se atribuye a una autoridad falsa para difundir mentiras, montajes y engaños, recurriendo a todo tipo de ingeniería creativa. En 1925, Adolf Hitler explicaba en Mi Lucha el uso de la gran mentira por parte del judaísmo internacional, sobre una mentira tan «imposible» o colosal, que nadie creería que se «pudiera tener la desvergüenza de distorsionar la verdad tan infamemente».

El éxito de la propaganda negra reside en que está diseñada para influir sobre las capas sociales más sofisticadas, mejor informadas y capaces de la estructura social. Se basa en la buena voluntad del receptor para aceptar la credibilidad de la fuente. De esta forma se consigue que el receptor, gracias a su prestigio y calidad social, se convierta no sólo en el repetidor y amplificador cualificado de la mentira; sino en el generador de una corriente de opinión que con su acción política termina satisfaciendo los intereses primarios de la fuente de origen.

Si los creadores o los remitentes del mensaje de propaganda negra no entienden adecuadamente a su audiencia, el mensaje puede ser malentendido, parecer sospechoso, o volverse en contra de la fuente.​»

En ese contexto, cada vez cobran mayor notoriedad los comentarios de la gente acerca de las asombrosas capacidades que brinda la inteligencia artificial generativa (IAG), basada en grandes modelos de lenguaje (LLM), para la producción de textos, imágenes, audio e incluso video sintéticos, completamente artificiales con un grado de realismo sorprendente.

En días recientes, se observó conducta sospechosa en la red social X, atribuible a lo que se denomina «granja de bots», o «trollcenter», para convertir en trending topic algunas etiquetas y mensajes que ponen en entredicho la respetabilidad, la autoridad moral y hasta el actuar legal e institucional, de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esta capacidad para «mover» millones de cuentas ficticias -es decir, que no corresponden a usuarios de carne y hueso, si no que pueden ser comandadas de manera masiva y relativamente centralizada, desde un ordenador con el programa adecuado (o algoritmo)- para generar y compartir un mismo mensaje o hashtag en forma de una iteración explosiva, es a no dudarlo un instrumento que en manos perversas, con conocimientos sofisticados de informática y una agenda por ejemplo golpista, pueden hacer un gran daño.

Por ejemplo, ChatGPT es capaz de redactar una enorme variedad de textos, para fines específicos, así como también de rendir respuestas a una extensa variedad de preguntas, en función de roles que se le solicita asumir: por ejemplo, como experto en un dominio, profesión, etc., con ciertas limitaciones, o incluso adoptando el estilo de un autor conocido; de esa manera, es capaz de generar textos, brindar y ordenar datos, dar explicaciones, jerarquizar información, mejorar otros textos, y sugerir estrategias o técnicas aplicables, a una cantidad ingente de situaciones o problemas, tanto en las más comunes como también algunas extraordinarias.

Tanto Bing Image Creator, como Midjourney, Leonardo.ai, Adobe Firefly, Dall-E y otras IAs, pueden producir imágenes de diversos tipos y estilos, con una alta calidad de ejecución, a partir de prompts o instrucciones de texto. De modo que alguien que pueda describir un objeto o paisaje con cierta precisión, y conozca un poco sobre estilos artísticos, corrientes pictóricas, etc., puede obtener imágenes de dicho objeto o paisaje con gran facilidad y en poco tiempo.

Lovo.ai, Murf, VoCloner, WellSaid, Eleven Labs y otras IAs, permiten crear voces con rasgos determinados, y recrear o clonar el tono y la inflexión de la voz de cualquier persona, una vez alcanzado ese hito, se podría utilizar para emitir cualquier mensaje de texto que se le indique. Las implicaciones de ésto para cualquier individuo (confesiones de delitos, acusaciones infundadas, traiciones o filtraciones de información delicada, suplantación de la identidad) pueden ser literalmente devastadoras.

Lo mismo puede decirse de Sora, Invideo AI, Descript y Runway, entre otras IAs, que permiten crear videos realistas, casi indistinguibles de lo que captaría una cámara de video, a partir de textos descriptivos. Combinar rostros de personas reales con escenarios o situaciones perturbadoras, por ejemplo. La industria cinematográfica ha presentado en diversas ocasiones, algunas muestras o ejemplos de lo que podría concebirse.

Todas estas capacidades, debidamente integradas o amalgamadas, constituyen sin duda una herramienta portentosa para generar mensajes indistinguibles de lo que pueden realizar equipos multidisciplinarios de escritores, dibujantes, diseñadores, informáticos, comunicadores, fotógrafos y videastas. Aunque los desarrolladores de la IA han trabajado en la definición de medidas de contención, para que la IA no pueda generar mensajes intrínsecamente dañinos, la naturaleza misma de los algoritmos del lenguaje podrían dejar fisuras, brechas o grietas, que gente avezada y con la intención de causar daño, pudiera aprovechar para enfocar la IA a un uso inmoral e incluso ilegal.

Por ejemplo, se puede formular una hipótesis, en el sentido de que con la retórica adecuada, calibrada y dirigida para impactar a una audiencia masiva o seleccionada, con algunas imágenes o videos clave, y con la fuerza de la repetición potenciada por granjas de bots, en las redes sociales y por la caja de resonancia de algunos medios de comunicación de masas, un escándalo fabricado para hacer propaganda negra y fake news, bien podrían destruir -o, cuando menos, lastimar- la imagen de cualquier representante político, por legítima que sea su investidura y por legales que sean sus prácticas. Cabe especular que el costo de una acción de tal envergadura sería accesible tan sólo para individuos o grupos con un gran poder mediático y financiero.

Julián Macías Tovar, activista español contra la desinformación digital, uno de los pocos que hay en el mundo, en una interesante entrevista con los periodistas Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, en el canal Los Periodistas de Youtube, desbroza la compleja trama de nexos, posible financiamiento monstruoso (se habla de millones de dólares invertidos en estas acciones oscuras) y francas complicidades que involucran a la red Atlas Network, VOX de España, la DEA, gente cercana a Javier Milei, el hoy presidente de Argentina, pero también al Mossad de Israel, detrás de las oleadas de millones de tweets en la red X, algunos generados por inteligencia artificial y otros por decenas de miles de cuentas falsas o bots dispersas en varios países, en el intento de manchar y agrietar la credibilidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, y de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum intentando, hasta ahora inútilmente, favorecer aparentemente a la campaña de la candidata del PRI, PAN y PRD, Xóchitl Gálvez, ello ante la mirada indolente del Instituto Nacional Electoral.

14 de marzo de 2024. Actualización.

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