«No maltratarás ni oprimirás al extranjero, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto.»
Éxodo 22:21

«En cuanto alguien comienza a analizar el contexto de esta situación, se le acusa de apoyar al terrorismo de Hamás. Lo cual es una prohibición extraña, la prohibición de analizar el origen de esta situación», manifestó el filósofo, psicoanalista y crítico cultural esloveno (como lo informa la Wikipedia), en el contexto de la Feria del Libro de Frankfurt.


Recientemente, Slavoj Zizek en la Feria del Libro de Frankfurt 2023 (18 al 22 de octubre), dirigió un mensaje crítico, en torno a la importancia de los libros, [por ende, de las bibliotecas y de la lectura] para poder entender las complejidades del terrible conflicto, que se ha extendido a lo largo de muchas décadas, en lo que fueron las antiguas tierras del Imperio Otomano, y donde -a principios del siglo XX- las potencias del mundo (el Reino Unido, Estados Unidos y Francia) definieron fronteras en función de sus intereses y donde, ellos mismos, instalaron inicialmente en calidad de refugiados, pero siguiendo una agenda del movimiento sionista, primero con nacionalidad palestina, a la población judía.

Pasaron muchos años, antes de que Ben Gurion (cuyo nombre original era David Yosef Green, cuyo nuevo nombre estaba inspirado «en el de Yosef Ben-Gurión, uno de los líderes de la primera guerra judeo-romana contra los romanos (años 66-73)»). Ben Gurion, un político de origen polaco emigró a territorios palestinos, en 1948, declaró la fundación del Estado de Israel en dichos territorios, y asumió el rol del primer ministro del nuevo estado.

Allí donde se fundó el estado de Israel, lenta pero consistentemente, la nación Palestina había estado construyendo por décadas, y aún por siglos, bajo la égida del imperio otomano, una sociedad (con trenes, puertos, cines, escuelas) a la altura de las sociedades occidentales, como se aprecia en el documental publicado por Al Jazeera, denominado: «Palestina 1920». De aquella sociedad, lo que hoy quedan son escombros y una población aterrorizada por los constantes bombardeos, herida, sin agua, sin alimentos, ni energía.

The Other Side of the Palestinian Story.