El Stockholm Internacional Peace Research Institute (SIPRI) presenta en esta página información actualizada hasta 2020.

https://www.sipri.org/research/armament-and-disarmament/arms-and-military-expenditure/military-expenditure

En 2022, informa el mismo sitio, por vez primera se gastaron más de 2 billones (millones de millones) de dólares en armamento y desarrollo militar a nivel mundial.

https://www.sipri.org/media/press-release/2022/world-military-expenditure-passes-2-trillion-first-time

Sería interesante conocer qué porcentaje de dicho gasto se destina a la investigación científica propiamente dicha, relacionada con el desarrollo de nuevas armas, armas biológicas y químicas. El conflicto en Ucrania ha puesto de relieve la intervención bajo la forma de asesoría y financiamiento estadounidense en experimentos biológicos peligrosos en ese país. Urge una investigación internacional imparcial sobre los sitios adonde se llevan a cabo tales investigaciones en todo el mundo y poner un alto a la proliferación de armas de todo tipo.

La disponibilidad de armas conduce a eventos desafortunados y sangrientos que involucran a personas civiles inocentes (como la decena de personas asesinadas por un joven fuertemente armado en un supermercado en la zona de Nueva York, y un caso semejante que ocurrió en el tren subterráneo, con víctimas fatales así como el gran número de heridos durante una balacera en Milwaukee ) y eso ocurre en países desarrollados, pero la cultura de la muerte se ha extendido como un incendio en un pastizal seco en muchos países (México, Colombia, Chile, países de África y del sudeste asiático y por supuesto en la zona histórica de conflictos, Europa – vía NodeGoat), poniendo en entredicho las ideas de soberanía, paz, justicia, seguridad, convivencia y coexistencia pacífica.

Ante estos escenarios regionales y locales, cobran relevancia las palabras del presidente de México en el sentido de que la educación debe ser un instrumento para la paz y no para formar científicos capaces de inventar nuevas «bombas atómicas».

De inmediato hubo reacciones críticas ante este pronunciamiento a favor a la paz y el humanismo, que parecen injustificadas, porque precisamente la desatención de estos dos ideales es lo que ha conducido a una deshumanización colectiva, al incremento del índice delictivo en virtud del aumento de las condiciones de marginación, desigualdad y pobreza, y a un viraje cualitativo en la propia violencia y saña de los crímenes que se cometen, así como en el carácter indiscriminado de los mismos.
Sin embargo, las consecuencias más extensas y profundas afectan a las familias de trabajadores y trabajadoras, quienes apenas van subsistiendo con sus ingresos.

Un caza furtivo Nighthawk F117 tiene un costo estimado de más de 100 millones de USD. Un escáner de resonancia magnética puede costar entre 1 y 3 millones de dólares, así que el costo de este caza de combate podría ser destinado a la compra de hasta 30, o más, de tales equipos indispensables para un diagnóstico certero de innumerables enfermedades potencialmente al servicio de millones de pacientes.

Si se destinara apenas una parte de los gastos militares, para fines de salud, educación y desarrollo económico agrícola e industrial, el mundo avanzaría enormemente para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sustentable, por los que se ha pronunciado repetidamente los últimos años.